Porque seamos sinceros, si quisiéramos hacer algo lo haríamos. Si tuviéramos los putos cojones de hacer algo lo haríamos y punto, o almenos tendríamos el valor de decir NO, no lo voy a hacer; no nos escudaríamos en una excusa que alargamos permanentemente.
"Mañana empiezo a estudiar; ya iremos otro día al cine; ya cambiaré la bombilla del pasillo luego..."
Admitamos que no lo vamos a hacer jamás.
Lo peor de estos "aplazamientos" es que no sólo engañamos a los demás sino que nosotros perdemos muchas oportunidades que jamás podremos recuperar.
Porque el que no quiere cuando puede, no puede cuando quiere.
Si queremos hacer algo pongámosle una fecha concreta y hagámoslo, pero si no, no hagamos ilusiones a nadie y digamos que no lo vamos a hacer y punto.
"Que tus labios no firmen cheques que tu cuerpo no puede pagar..."

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