Normalmente son pequeñas cosas a las que no damos importancia, pero ponen de manifiesto algo muy importante. En ocasiones no podemos fiarnos ni de nuestra propia mente. Dicen que no nos enteramos ni de la mitad de lo que pasa por nuestro cerebro. Que los pensamientos conscientes son una minoría, y que casi todo está regido por nuestro inconsciente. Como si fuéramos el maquinista de un tren, pero el tren nos controla a nosotros. Espeluznante.
No sabemos quienes somos. A día de hoy nadie sabe porque una serie de chispazos en nuestra cabeza nos permiten percibir la realidad, pensar y sentir emociones. Sabemos más del origen del universo que de lo que pasa en nuestras propias consciencias. Y a nadie le parece extraño.
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