viernes, 6 de febrero de 2015

Y fueron felices...

Cuando pensamos en el amor de pequeños, cuando no conocemos el significado real de esa palabra, nos vienen a la mente los príncipes y las princesas de los cuentos de hadas. Pero, cuando crecemos, empezamos a darnos cuenta de que no todo es tan fácil. El amor no siempre triunfa, no siempre hay un final feliz, y no siempre se reconoce al gran amor de tu vida cuando lo ves por primera vez.

En la vida real, no hay príncipes ni princesas. Nadie es perfecto. no hay hadas madrinas ni simpáticos hechiceros que te ayuden con su magia a conquistar a esa persona especial. Ni os encontrareis solo porque fuera vuestro destino. Y muchas veces, la persona a la que quieres simplemente no siente lo mismo que tú.

Creo que es mejor así. Que no exista la magia quiere decir que nadie puede maldecirte y convertirte en sapo (¿Te acuerdas de aquella ex rencorosa? ¿Si? Intenta imaginarla con el poder de lanzar maldiciones). Y si todo fuera tan perfecto como en los cuentos, no seria ni la mitad de especial. No existe el destino, pero eso solo significa que tu futuro lo escribes tú. No existe nadie sin defectos, pero hay gente que te enamorará con ellos. No hay finales felices, pero un amor puede durar toda la vida.

Lo mas maravilloso y sorprendente de todo esto es que, aunque ninguno de los dos sea perfecto, podeis llegar a ser justo lo que el otro necesita.

                        Pensamientos De Un Esperma

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