Si intentamos, en cambio, pensar en cosas buenas, la cosa se complica. Nos suele costar más, porque no creemos que sea importante prestarles atención. Es raro que nos digamos a nosotros mismos: "Hey, esto se me da bien". Más raro aún es que sigamos contentos por eso pasada una hora. Pero nos equivocamos al creer esto, al no ser conscientes de nuestros fugaces momentos de genialidad. Es necesario que cuando nos miremos al espejo seamos capaces de ver lo bueno también, y no solo lo malo.
Tener claro quien eres, que haces bien y que haces mal, tus puntos débiles y los fuertes, te ayudara a aceptarte como eres (lo se, todos lo hemos escuchado alguna vez y siempre nos ha parecido una chorrada, pero sigue siendo importante). Encuentra la fuerza en tus partes buenas y en aquellos a los que quieres para corregir tus partes malas. Todos podemos llegar a ser un poquito mejores cada día.

0 comentarios:
Publicar un comentario