Llámalo karma, equilibrio o di simplemente que se recoge lo que se siembra. Pero la verdad es que la vida es mejor cuando repartes felicidad que cuando la destruyes. Si vas por la vida buscando venganza por cualquier ofensa, por pequeña que sea, te convertirás a su vez en la diana de las venganzas de los demás, pues para ellos sera como si les hubieras atacado sin motivos, y por tanto te verán como un blanco más que justificado para su odio.
La idea de que haciendo pagar a los que te hicieron infeliz en el pasado te devolverá esa felicidad no podría estar más equivocada. Puede que experimentes un breve momento de alegría al ver a tus enemigos derrotados, pero no durará. Sin embargo, perdonándolos tardarás más en ser feliz, pero cuando llegue el momento esa felicidad será sólida y duradera. Solo recuerda que perdonar no es olvidar ni dejar que la misma gente te haga daño una y otra vez.
No se le puede quitar la felicidad a otros, no es algo que se pueda robar. La felicidad es algo que se crea o se destruye. Dejemos de atacarnos unos a otros en un intento de mejorar nuestras vidas a través del sufrimiento de los demás.

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