domingo, 3 de agosto de 2014

Chapuzas

Todos la cagamos alguna vez. O varias. Algunos parece que tienen la costumbre de fastidiarla al menos un par de veces al mes. A veces fallamos a propósito y a veces por accidente. Porque no nos esforzamos lo suficiente, o porque nos esforzamos demasiado.

Y no estoy hablando de pequeños errores sin importancia, sino de joderla de forma tan épica que tu mismísima madre se acabe preguntando si eres retrasado. No me refiero, por ejemplo, a equivocarse de salida en la autopista, sino mas bien a meter el coche en el mar cuando intentas ir a Madrid. Meter la pata de tal forma que ni tu mismo sepas en que demonios estabas pensando en ese momento.

Lo bonito de nuestras chapuzas es que tarde o temprano, y siempre que nadie salga herido de forma permanente, nos acabamos riendo de ellas. Puede que tenga que pasar una semana, puede que sea mas bien una década, pero siempre llega el momento en el que estando con los que fueron testigos de nuestra torpeza digamos "¿Te acuerdas de aquella vez en la que...?" y nos lo tomemos con humor. Porque los errores de hoy son las anécdotas graciosas del futuro.

                        Pensamiento De Un Esperma

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