Y es que nos quejamos por tener que estudiar cuando otros que no pueden morirían por ir a la escuela. Cuando sube el precio de la gasolina tendríamos que pararnos a pensar en el lujo que es tener coche. Vemos con malos ojos a la policía sin recordar que hay lugares del mundo en los que te matan por la calle y nadie hace nada. Queremos perder peso mientras otros se mueren de hambre. Y lo triste es que no somos más felices por vivir mejor, porque no lo apreciamos. No le damos valor a que al abrir un grifo salga agua, porque para nosotros es normal. Nos hemos acostumbrado a este nivel de vida porque ya nacimos dentro de él.
Por eso, cuando las cosas vayan mal, recuerda que al menos no tienes que caminar un kilómetro o mas cada vez que quieras agua. Que pagas para que te corten el pelo en vez de hacerlo tu mismo.Que te gastas treinta euros en unos vaqueros. Que tienes móvil. Que eres de los que tuvieron suerte y nacieron en el lugar adecuado.

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